Crítica a 'El gato que venía del cielo' de Takashi Hiraide
- beatrizjunqueracimad
- 15 ago 2014
- 2 Min. de lectura
El gato que venía del cielo es una novela corta de la cual es autor Takashi Hiradie. Su género es difícil de describir por su carácter poético y por la originalidad de describir la sociedad japonesa de finales de la década de los ochenta y principios de los noventa del siglo pasado. Se escribió en 2001, si bien debe contextualizarse en la crisis económica y, especialmente, hipotecaria japonesa (¿les suena de algo?) durante los años antes mencionados. Más concretamente, los hechos en ella narrados transcurren entre el otoño de 1988 y diciembre de 1991.
La primera originalidad de esta novela es que su protagonista es Chibi, el gato que venía del cielo, cuyo significado descubrirán ustedes al leer la novela. Chibi se describe como un gato peculiar, aunque quienes conocen a estos felinos convendrán que no lo es en absoluto. En particular, se trata de la historia de la relación entre un matrimonio compuesto por dos personas que, por desconocimiento, sin llegar al odio, no profesaban una especial simpatía por este tipo de felinos. De pronto, Chibi irrumpe en sus vidas y la monótona rutina diaria se convierte en una novedad continua. Cada movimiento del gato les induce a descubrir algo nuevo. No solo eso, sino que ellos mismos se sorprenden de la irrupción de algunos de sus sentimientos, desconocidos hasta ese momento, esto es, Chibi como instrumento de terapia, como medio para conocerse a uno mismo.
La novela es emocionante, en todos los sentidos de la palabra. La historia es hermosa, además de estar contada con una sensibilidad extrema. El libro está repleto de metáforas, además de originales, elegidas con suma precisión. Quizás el punto más débil de la novela se encuentre en su tradición al castellano. En algunos casos la puntuación deja mucho que desear, al tiempo que pueden encontrarse leísmos en el texto. No obstante, esto no desmerece la labor del autor en absoluto.
En definitiva, una novela que no solo engancha, sino que, además, provoca sentimientos en el lector. Debo confesar que hacía años que una novela no había desencadenado tal torrente de emociones. Recomendable para los amantes de los gatos, pero también para quienes no los conocen, incluso para aquellos, diría que especialmente, que los odian sin haber convivido con ninguno. Una última advertencia: se aconseja leer esta novella provisto de un par de paquetes de tissues.
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