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Crítica a 'La verdad sobre el caso Harry Quebert' de Joël Dicker

La verdad sobre el caso Harry Quebert es una novela del escritor suizo Joël Dicker, en que su protagonista, el escritor Marcus Goldman, narra la historia de amor entre su amigo Harry Quebert y una joven quinceañera llamada Nola Kellergan. Los hechos transcurren en una localidad llamada Aurora en el estado de Colorado en los Estados Unidos de América. Los hechos narrados transcurren en diferentes momentos, aunque principalmente en dos tiempos: 2008 y 1975. 2008 es el año en que Goldman escribe y publica su novela sobre el denominado caso Harry Quebert, que más adelante comentaremos. 1975 es el año de la desaparición de la joven de quince años Nola Kellergan, en aquel momento amante a escondidas de un escritor en la treintena, Harry Quebert, maestro de Marcus Goldman. No se vuelve a saber nada más de la joven hasta que Harry decide realizar algunos cambios en su jardín y los empleados encargados de llevar a cabo el trabajo encuentran un cadáver enterrado junto a su bolso con un ejemplar de la novela titulada Los Orígenes del Mal, el mayor éxito de Harry Quebert en su trayectoria como escritor, que, en el momento de la desaparición de Nola, todavía no había sido publicado. Por otra parte, la novela nos muestra la historia de una traición, quizás una de las peores que una persona puede padecer: la traición consciente del maestro hacia el discípulo.

La novela nos describe con gran detalle la vida en una pequeña población de la denominada América profunda, el pueblo de Aurora en el estado de Colorado. De hecho, el autor narra acontecimientos acaecidos en 1975 y en 2008, sin que se aprecien saltos considerables. Aurora se nos muestra una población que apenas ha evolucionado en el transcurso de esos más de treinta años. Por otra parte, se nos describe el mundo editorial actual, guiado principalmente por criterios de mercado, frente a otros, como la calidad o el talento: “el mundo de los libros había dejado de ser el noble arte de la impresión para convertirse en la locura capitalista del siglo XXI, que ahora un libro debía escribirse para ser vendido”.

El hilo conductor se define en función de las averiguaciones que Marcus Goldman realiza cuando, tras recibir una llamada de auxilio de Harry Quebert desde la cárcel, que había sido detenido como autor del asesinato de Nola Kellergan, decide hacer lo posible por salvar a su maestro de una condena a pena de muerte, que parece el escenario más factible. Iniciadas las averiguaciones, Goldman va entrando en contacto con la gente del pueblo. Sin embargo, cuanto más conoce sobre la misma vida de Harry y sobre la vida en el pueblo en general, menos piezas encajan en su puzzle. Por otra parte, Marcus Goldman está viviendo una etapa absolutamente estéril en su carrera como escritor, aunque, en el momento de la detención de Harry, está a punto de vencer su plazo para entregar su segunda novela a la editorial, de acuerdo con lo establecido en el contrato firmado en su momento. Sin embargo, la inspiración no llegaba. De pronto, y tras creer que había recopilado por completo la información necesaria, por supuesto tras la liberación de su amigo y maestro Harry, publica su novela en octubre de 2008. El éxito es absoluto inicialmente. Sin embargo, unas semanas más tarde se descubre que su argumentación hace aguas en algunos puntos. Goldman se lanza de nuevo a la investigación para conseguir cuadrar toda la información, así como para acallar las críticas recibidas y subsanar los errores cometidos. Sin embargo, para evitar despojar al lector de la intriga a que tiene derecho al enfrentarse en la novela, omitiré más detalles al respecto.

La novela es especialmente rica en personajes, algunos de ellos de carácter primario y otros de carácter secundario. Destacaré algunos de los más importantes dentro del primer grupo. Obviamente, los principales son Marcus Goldman y Harry Quebert. El primero es un personaje básicamente instrumental, que nos sirve como creador del hilo conductor de la novela, mientras que el segundo es un hombre aparentemente campechano y tranquilo, que, sin embargo, no dejará de sorprendernos a lo largo de la lectura de la novela. ¡Hasta ahí puedo contar! Si bien ya no presente en 2008, nos encontramos con el personaje de Nola Kellergan, que desaparece el 30 de julio de 1975 y cuyo cadáver aparecerá de nuevo en el jardín de Harry Quebert en el año 2008. Nola es una quinceañera querida por todo el pueblo. Es, asimismo, una chica encantadora y esforzada, que trabaja en un restaurante local, el Clark’s, para ir generando unos ahorros. Sin embargo, a medida que Marcus Goldman avanza en su investigación, va encontrando muy diferentes caras para esta joven, esto es, a medida que creía saber más sobre ella, se daba cuenta de que contaba con menos certezas. Continuando con el Clark’s, debe señalarse que no era sino el típico restaurante americano, regentado por una familia, los Quinn, integrada por tres miembros: el matrimonio, Robert y Tamara, y su hija, Jenny. Son quizás, los personajes más simpáticos del libro. Tamara, la esposa, recuerda a la madre de Matilda, y es la cabeza pensante de la familia. Jenny es una chica tradicional, con las aspiraciones propias de su entorno. Sin embargo, también en ellos las apariencias engañarán. El marido de Jenny en 2008 es un miembro de la policía local, Travis Dawn, que, junto con el jefe Pratt, tampoco aparentan lo que realmente son. Finalmente, la novela incluye dos personales muy característicos. Se trata del millonario y mecenas Elijah Stern y de su chófer hasta septiembre de 1975, fecha en que falleció víctima de un accidente de tráfico. Ambos guardarán secretos relevantes para la investigación.

La gran fortaleza de este libro es su capacidad para entretener hasta el punto de ‘enganchar’. Es real como la vida misma, ya que está plagada de incertidumbres. Algunas de ellas afectan a quiénes son y cómo viven realmente las personas. En ella la mayoría de los personajes viven en privado lo que dicen detestar en público. Incertidumbres también acerca de los hechos. El libro es muy similar al juego en que todos hemos participado en nuestras clases de historia, donde cada nueva pista nos obligaba a poner en orden nuestra interpretación de los hechos, pues cada dato nuevo invalidaba alguno de nuestros razonamientos anteriores, realizados cuando dicha información todavía no había sido descubierta. Asimismo, incertidumbres acerca de lo que hay dentro de cada persona. Ninguno de los personajes de este libro puede definirse como ‘esencialmente bueno’, todos muestran rencores, resabios, resentimientos, que los van haciendo cada vez peores. En ese mundo la reina se llama traición: todos la practican y, en consecuencia, todos, sin excepción, la padecen. Quizás su peor defecto es la posiblemente demasiado elevada cantidad de personajes, pues ello impide definirlos con precisión. Probablemente un menor número de personajes podría haber facilitado la lectura del libro sin, de otro modo, restar riqueza a la narración.

La novela nos ofrece una visión de los Estados Unidos de América, pero de un territorio muy diferente al de los estereotipos con los cuales solemos identificar a ese país. Por otra parte, es una descripción lograda de una sociedad cerrada y, por consiguiente, enferma como tal. Es una novela entretenida, adecuada para esos momentos en que es necesario algo que nos agarre y evite que nuestros pensamientos discurran por otros prototipos. Recomendable para aquellos que quieren llegar a ser escritores, para los que han convertido la idea de la incertidumbre en una idea no discutible, para quienes hayan padecido traición, para todos los que no hayan descubierto con anterioridad a este escritor suizo, Joël Dicker, que sin duda se convertirá de nuevo en un fenómeno editorial.

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Crítica destacada

© 2014 por Beatriz Junquera Cimadevilla. Con mi sincero agradecimiento a Wix.com

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