Cómo Lograr Igualdad de Género en las Organizaciones
- beatrizjunqueracimad
- 12 mar 2015
- 2 Min. de lectura
Recientemente, un grupo de profesores del sistema universitario australiano ha publicado un libro titulado Pathways to Gender Equality in Australia: The Role of Merit and Quotas. Estos profesores son Erica French, Folker Hanusch, Gabrielle McMullin, Diann Rodgers-Healey, Karen Spiller, Glenda Strachan y Margaret Thornton. El libro que han publicado ofrece soluciones para Australia, pero podría extrapolarse sin problema alguno a cualquier país occidental, así que espero que les resulte de utilidad.
Sobre todo, y al margen del análisis de otros debates también sustancialmente interesantes y de aportar datos para la reflexión, discuten sobre si el mérito es el elemento clave para lograr la igualdad de género en las organizaciones. En cuanto al mérito, defienden, en primer lugar, que es necesaria una ‘redefinición’ del mérito, esto es, de los estándares y prácticas y criterios de selección con el fin de asegurarse que no se excluye a personas cualificadas a la hora de considerarlas para los puestos y los beneficios del empleo. Ello implicaría eliminar barreras arbitrarias, artificiales e innecesarias, así como una revaloración de los estándares actuales, de modo que se aplique una interpretación más realista de lo que el mérito implica para puestos específicos.
Lejos de la discusión meramente conceptual, apoyan su estudio en el examen de los informes anuales de 280 empresas. Como conclusión, clasifican los informes en cinco grupos. El primero de ellos incluye a las empresas que no mencionan la equidad en el empleo en los informes. El segundo grupo es el de las empresas con un planteamiento tradicional, esto es, el de las empresas que rechazan que la discriminación desempeñe algún papel en la disparidad en el lugar de trabajo entre los distintos empleados. Un tercer grupo se caracteriza por un planteamiento anti-discriminación, consciente de la necesidad de eliminar las prácticas y los procesos discriminatorios para ofrecer un tratamiento de igualdad basado en los principios de los derechos humanos. El cuarto planteamiento, además de eliminar prácticas discriminatorias, incluye medias especiales diseñadas exclusivamente para ayudar a las mujeres. Finalmente, el planteamiento de diversidad de género reconoce el potencial para la discriminación contra las mujeres dentro de las estructuras organizativas y apoya el trato neutral de todos los individuos apoyándose en requisitos organizativos como medio de dirigir cualquier tipo de organización. La conclusión de los autores es que los dos últimos planteamientos son los más eficaces para evitar la discriminación.
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